lunes, 28 de noviembre de 2011

LA ENTREVISTA



   LA ENTREVISTA.
    Una entrevista es un dialogo en el que la persona (entrevistador), generalmente un periodista hace una serie de preguntas a otra persona (entrevistado), con el fin de conocer mejor sus ideas, sus sentimientos su forma de actuar.
    EL ENTREVISTADO deberĆ” ser siempre una persona que interese a la comunidad. El entrevistado es la persona que tiene alguna idea o alguna experiencia importante que transmitir.
    EL ENTREVISTADOR es el que dirige la entrevista debe dominar el dialogo, presenta al entrevistado y el tema principal, hace preguntas adecuadas y cierra la entrevista.
    La entrevista es tambiĆ©n informaciĆ³n y reportaje, las entrevistas pueden ser reales o imaginarias.
    Las reales presentan a una o mĆ”s personas reales que responden a una serie de preguntas formuladas por un entrevistador.
    Las imaginarias son las que una persona adopta el papel del entrevistado artista, escritor y el otro el de entrevistado puede ser un personaje histĆ³rico o literario, y el entrevistador es el mismo o algĆŗn otro personaje.

    PARTES DE UNA ENTREVISTA.
      La presentaciĆ³n suele ser breve, pero no suficientemente
        informativa. En ella no se habla del entrevistado, sino del tema
        principal de la entrevista.

      El cuerpo de la entrevista esta formado por preguntas y las
        respuestas. Es importante elegir bien las preguntas para que la
        entrevista sea buena, las preguntas deben ser interesantes para
        Ć©l publico, y adecuadas para el entrevistado trasmita sus
        experiencias. TambiĆ©n deben ser breves, claras y respetuosas.

      El cierre de la entrevista debe ser conciso. El entrevistador puede
        presentar un resumen de lo hablado o hacer un breve comentario
        personal.

  
 LO QUE DEBE SER Y LO QUE NO DEBE SER UNA ENTREVISTA.
    Ambiente personas y dialogo.
    Una entrevista debe ser simple reflejo de lo que ha sido. Condiciones necesarias, saber describir el ambiente, saber ver que la persona con quien nos entrevistamos y dominar el dialogo.
    Para la entrevista se pueden seguir dos mĆ©todos: el impresionista y el expresionista.
    El impresionismo nos darĆ” como una visiĆ³n instantĆ”nea en la que recogen aquellos rasgos y detalles que destacan del conjunto, lo mĆ”s llamativo es lo que nosotros, por eliminaciĆ³n de lo accesorio, cuando al paso del tiempo, se va borrando nuestra memoria todo lo que interesa verdaderamente. Se es impresionista por temperamento.
    En el periodismo, conviene la tĆ©cnica impresionista, el expresionismo para l a entrevista de cierta altura, la que de be periĆ³dicamente, de cuando en cuando, a personalidades relevantes que exigen un estudio profundo meditado.

            NO RECARGAR DEMASIADO.

    Un hombre no es una simple suma d rasgos. Lo que interesa es su alma, un carĆ”cter que s refleje en algunos de esos rasgos. Lo que interesa, en realidad son los rasgos son principalmente los ojos, la boca y las manos.
    No nos queda un recurso:
    Estudiar las manos del hombre escurridizo que tengamos ante nosotros.
    En las manos, si sabemos mirarlas, encontraremos mas de una vez el verdadero carĆ”cter del hombre que estamos observando: si no son huesudas, sĆ­ alargadas, y cortas y macizas, sĆ­ lĆ”nguidas o enĆ©rgicas.
    Las manos hablan lo mismo que se hallan serena quietud como si estĆ”n en pleno y agitado movimiento, sin que lo sepa su dueƱo nos descubren el modo mas intimo de su ser.
    Como tercer elemento fundamental de la entrevista nos queda el dialogo. En la entrevista lo que nos interesa, no solo lo que dice el personaje de turno, si no como lo dice. El secreto de este como reside en el matiz. Sin el dialogo carece de vida de dos maneras: Puntuando bien las frases y periodos, de modo que una coma, un punto y coma, un signo de admiraciĆ³n o puntos suspensivos reflejen el tono de lo que se nos dijo.
    Otra imperiosa vigencia en el dialogo de la entrevista es la selecciĆ³n, para quedarnos estrictamente significativo.

  
         EL ARTE DE PREGUNTAR
    En el modo periodĆ­stico se ha impuesto un tipo de intervenciĆ³n a base exclusivamente de preguntas y respuestas, simple dialogo sin matiz alguno. El sistema se ha impuesto por que este procedimiento informativo es el que mĆ”s fĆ”cil redacciĆ³n de todos. No exige demasiado preocupaciĆ³n literaria ni hay que preocuparse muchos por darles formas a las frases.
    Pero lo bueno es enemigo de lo fĆ”cil. Y asĆ­ resulta que este tipo de entrevistas standard, es el personaje entrevistado se esfuma.
    Una entrevista no debe hacerse para que el entrevistador luzca con facilidad interrogatorio lo que debe buscar es la fuerza de la personalidad. Y un hombre no se le descubre a la fuerza para interrogarle, si dejĆ”ndole hablar, que es lo mismo. Hay pues, que saber preguntar en su momento y saber callar cuando es la ocasiĆ³n lo exige.
    La entrevista ha de ser reflejo del dialogo, que nunca exclusivamente una suma de preguntas y respuestas, sino algo mĆ”s complejo: afirmaciones, negaciones, titubeos, gestos y reservas.

            SE DEBEN TOMAR NOTAS

    El tomar notas, depende del momento, del interlocutor, de nosotros mismos.
    Pero muy buena retentiva que se tenga, siempre convendrĆ” tomar alguna rĆ”pida nota (mas o menos disimulada o, terminada la entrevista, al salir a la calle). Tales notas nos servirĆ”n para recordar un gesto, una frase, algo caracterĆ­stico.
    Otras veces, en un cambio, no preciso recurrir apenas a las notas, por lo que nuestro interlocutor se presta mas al trabajo de sĆ­ntesis que al anĆ”lisis.
    Lo que sĆ­ es imperativo, antes de coger un lĆ”piz, es estudiar rĆ”pidamente a la persona entrevistada para saber como reacciona. Hay quien nada mas al ver ante sĆ­ el cuaderno de notas del periodista advierte la responsabilidad de la palabra escrita y adopta inmediatamente una actitud doctoral, casi siempre es falsa. Otras personas especialmente los cientĆ­ficos hablan con mas aplomo y seguridad cuando ven funcionar una pluma del periodista, saben que si se evita la posibilidad de error en la interpretaciĆ³n de sus manifestaciones.
    De Emil Ludwuing se cuenta que, antes de entrevistarse con un personaje celebre. Procuraba hablar con el enemigo o contrincante profesional, polĆ­tico o ideolĆ³gico de aquel. De este modo, el biĆ³grafo conseguĆ­a a alguien le hablase m al de aquella persona con quien pensaba entrevistase, conocĆ­a asĆ­ sus defectos, a veces reveladores. Para su futuro estudio psicolĆ³gico.
    Para este procedimiento no es conveniente siempre ir en blanco a la entrevista. Cuando ignoramos todo una persona, puede engaƱarnos las apariencias. Saber un poco ayuda a enjuiciar, pero tampoco debe dejarse influir demasiado la opiniĆ³n ajena.
    Las entrevistas en el mundo periodĆ­stico se suele llamar entrevista lo que en realidad, es pura y simple encuesta, es decir a una serie de preguntas y respuestas, mejor o peor hilvanadas. Es recomendable sustituir tan insustanciales encuestas por el procedimiento informativo en vez de llenar cartillas y cuartillas con preguntas y respuestas, la mayorĆ­a insignificantes, mas vale resumir lo que se nos haya dicho sobre un tema determinado, directamente expuesto sobre lo que se escribe, solo cederemos la palabra al interlocutor, es decir que produciremos lo que dijo textualmente, cuando asĆ­ lo exija la responsabilidad de una afirmaciĆ³n o el valor psicolĆ³gico, el modo de expresarse, en un momento determinado.
    La interviene ha de ser lo mas objetiva posible. Al personaje objeto de nuestra dialogo hay que mostrado con fidelidad y sinceridad, pero tambiĆ©n con toda correcciĆ³n si por azar nos tropezĆ”ramos alguna vez con un tipo extraƱo, como un hombre en el que si que queremos reflejarlo tal como es, procuraremos que sea el propio entrevistado quien se define a travĆ©s de sus palabras o gestos de tal manera que sin nosotros nada el lector descubra por si mismo los vicios las virtudes de la persona a quien presentamos.
    De este modo el escritor, notario, en este caso de la realidad, de lo que ven sus ojos salva su responsabilidad perfectamente, sobre todo si fue objetivo y ponderamos en su exposiciĆ³n.
    Finalmente se dan casos en que por razones especialĆ­simas, el entrevistado le conviene aparecer como una figura mas del cuadro que describe, es decir, aparecer mas bien como actor que como autor, se impone entonces el reportaje de la intervenciĆ³n, aquĆ­ el escritor se ve a si mismo como otro personaje mas del escenario que sus ojos contemplan.
    Loe expuesto hasta aquĆ­ mas vale exclusivamente para la entrevista, digamos psicolĆ³gica, es decir, aquella que intenta rebelar quien es y como es un apersona determinada. No siempre es preciso ni perceptivo retratar a un tipo humano como lo harĆ­a un novelista.
    En realidad lo mĆ”s frecuente en el campo de la informaciĆ³n, en estos casos es la tĆ©cnica es la propia del reportaje. Al reportaje se le presenta aquĆ­ como, si no por el que lo que vale en este caso la ciencia, no la personalidad cientĆ­fica.
Share:

0 comentarios:

Publicar un comentario