LA ENTREVISTA.
Una entrevista es un dialogo en el que la persona (entrevistador), generalmente un periodista hace una serie de preguntas a otra persona (entrevistado), con el fin de conocer mejor sus ideas, sus sentimientos su forma de actuar.
EL ENTREVISTADO deberĆ” ser siempre una persona que interese a la comunidad. El entrevistado es la persona que tiene alguna idea o alguna experiencia importante que transmitir.
EL ENTREVISTADOR es el que dirige la entrevista debe dominar el dialogo, presenta al entrevistado y el tema principal, hace preguntas adecuadas y cierra la entrevista.
La entrevista es también información y reportaje, las entrevistas pueden ser reales o imaginarias.
Las reales presentan a una o mƔs personas reales que responden a una serie de preguntas formuladas por un entrevistador.
Las imaginarias son las que una persona adopta el papel del entrevistado artista, escritor y el otro el de entrevistado puede ser un personaje histórico o literario, y el entrevistador es el mismo o algún otro personaje.
PARTES DE UNA ENTREVISTA.

informativa. En ella no se habla del entrevistado, sino del tema
principal de la entrevista.

respuestas. Es importante elegir bien las preguntas para que la
entrevista sea buena, las preguntas deben ser interesantes para
Ʃl publico, y adecuadas para el entrevistado trasmita sus
experiencias. TambiƩn deben ser breves, claras y respetuosas.

presentar un resumen de lo hablado o hacer un breve comentario
personal.
LO QUE DEBE SER Y LO QUE NO DEBE SER UNA ENTREVISTA.
Ambiente personas y dialogo.
Una entrevista debe ser simple reflejo de lo que ha sido. Condiciones necesarias, saber describir el ambiente, saber ver que la persona con quien nos entrevistamos y dominar el dialogo.
Para la entrevista se pueden seguir dos mƩtodos: el impresionista y el expresionista.
El impresionismo nos darÔ como una visión instantÔnea en la que recogen aquellos rasgos y detalles que destacan del conjunto, lo mÔs llamativo es lo que nosotros, por eliminación de lo accesorio, cuando al paso del tiempo, se va borrando nuestra memoria todo lo que interesa verdaderamente. Se es impresionista por temperamento.
En el periodismo, conviene la técnica impresionista, el expresionismo para l a entrevista de cierta altura, la que de be periódicamente, de cuando en cuando, a personalidades relevantes que exigen un estudio profundo meditado.
NO RECARGAR DEMASIADO.
Un hombre no es una simple suma d rasgos. Lo que interesa es su alma, un carƔcter que s refleje en algunos de esos rasgos. Lo que interesa, en realidad son los rasgos son principalmente los ojos, la boca y las manos.
No nos queda un recurso:
Estudiar las manos del hombre escurridizo que tengamos ante nosotros.
En las manos, si sabemos mirarlas, encontraremos mas de una vez el verdadero carÔcter del hombre que estamos observando: si no son huesudas, sà alargadas, y cortas y macizas, sà lÔnguidas o enérgicas.
Las manos hablan lo mismo que se hallan serena quietud como si estƔn en pleno y agitado movimiento, sin que lo sepa su dueƱo nos descubren el modo mas intimo de su ser.
Como tercer elemento fundamental de la entrevista nos queda el dialogo. En la entrevista lo que nos interesa, no solo lo que dice el personaje de turno, si no como lo dice. El secreto de este como reside en el matiz. Sin el dialogo carece de vida de dos maneras: Puntuando bien las frases y periodos, de modo que una coma, un punto y coma, un signo de admiración o puntos suspensivos reflejen el tono de lo que se nos dijo.
Otra imperiosa vigencia en el dialogo de la entrevista es la selección, para quedarnos estrictamente significativo.
EL ARTE DE PREGUNTAR
En el modo periodĆstico se ha impuesto un tipo de intervención a base exclusivamente de preguntas y respuestas, simple dialogo sin matiz alguno. El sistema se ha impuesto por que este procedimiento informativo es el que mĆ”s fĆ”cil redacción de todos. No exige demasiado preocupación literaria ni hay que preocuparse muchos por darles formas a las frases.
Pero lo bueno es enemigo de lo fÔcil. Y asà resulta que este tipo de entrevistas standard, es el personaje entrevistado se esfuma.
Una entrevista no debe hacerse para que el entrevistador luzca con facilidad interrogatorio lo que debe buscar es la fuerza de la personalidad. Y un hombre no se le descubre a la fuerza para interrogarle, si dejÔndole hablar, que es lo mismo. Hay pues, que saber preguntar en su momento y saber callar cuando es la ocasión lo exige.
La entrevista ha de ser reflejo del dialogo, que nunca exclusivamente una suma de preguntas y respuestas, sino algo mƔs complejo: afirmaciones, negaciones, titubeos, gestos y reservas.
SE DEBEN TOMAR NOTAS
El tomar notas, depende del momento, del interlocutor, de nosotros mismos.
Pero muy buena retentiva que se tenga, siempre convendrĆ” tomar alguna rĆ”pida nota (mas o menos disimulada o, terminada la entrevista, al salir a la calle). Tales notas nos servirĆ”n para recordar un gesto, una frase, algo caracterĆstico.
Otras veces, en un cambio, no preciso recurrir apenas a las notas, por lo que nuestro interlocutor se presta mas al trabajo de sĆntesis que al anĆ”lisis.
Lo que sĆ es imperativo, antes de coger un lĆ”piz, es estudiar rĆ”pidamente a la persona entrevistada para saber como reacciona. Hay quien nada mas al ver ante sĆ el cuaderno de notas del periodista advierte la responsabilidad de la palabra escrita y adopta inmediatamente una actitud doctoral, casi siempre es falsa. Otras personas especialmente los cientĆficos hablan con mas aplomo y seguridad cuando ven funcionar una pluma del periodista, saben que si se evita la posibilidad de error en la interpretación de sus manifestaciones.
De Emil Ludwuing se cuenta que, antes de entrevistarse con un personaje celebre. Procuraba hablar con el enemigo o contrincante profesional, polĆtico o ideológico de aquel. De este modo, el biógrafo conseguĆa a alguien le hablase m al de aquella persona con quien pensaba entrevistase, conocĆa asĆ sus defectos, a veces reveladores. Para su futuro estudio psicológico.
Para este procedimiento no es conveniente siempre ir en blanco a la entrevista. Cuando ignoramos todo una persona, puede engañarnos las apariencias. Saber un poco ayuda a enjuiciar, pero tampoco debe dejarse influir demasiado la opinión ajena.
Las entrevistas en el mundo periodĆstico se suele llamar entrevista lo que en realidad, es pura y simple encuesta, es decir a una serie de preguntas y respuestas, mejor o peor hilvanadas. Es recomendable sustituir tan insustanciales encuestas por el procedimiento informativo en vez de llenar cartillas y cuartillas con preguntas y respuestas, la mayorĆa insignificantes, mas vale resumir lo que se nos haya dicho sobre un tema determinado, directamente expuesto sobre lo que se escribe, solo cederemos la palabra al interlocutor, es decir que produciremos lo que dijo textualmente, cuando asĆ lo exija la responsabilidad de una afirmación o el valor psicológico, el modo de expresarse, en un momento determinado.
La interviene ha de ser lo mas objetiva posible. Al personaje objeto de nuestra dialogo hay que mostrado con fidelidad y sinceridad, pero también con toda corrección si por azar nos tropezÔramos alguna vez con un tipo extraño, como un hombre en el que si que queremos reflejarlo tal como es, procuraremos que sea el propio entrevistado quien se define a través de sus palabras o gestos de tal manera que sin nosotros nada el lector descubra por si mismo los vicios las virtudes de la persona a quien presentamos.
De este modo el escritor, notario, en este caso de la realidad, de lo que ven sus ojos salva su responsabilidad perfectamente, sobre todo si fue objetivo y ponderamos en su exposición.
Finalmente se dan casos en que por razones especialĆsimas, el entrevistado le conviene aparecer como una figura mas del cuadro que describe, es decir, aparecer mas bien como actor que como autor, se impone entonces el reportaje de la intervención, aquĆ el escritor se ve a si mismo como otro personaje mas del escenario que sus ojos contemplan.
Loe expuesto hasta aquĆ mas vale exclusivamente para la entrevista, digamos psicológica, es decir, aquella que intenta rebelar quien es y como es un apersona determinada. No siempre es preciso ni perceptivo retratar a un tipo humano como lo harĆa un novelista.
En realidad lo mĆ”s frecuente en el campo de la información, en estos casos es la tĆ©cnica es la propia del reportaje. Al reportaje se le presenta aquĆ como, si no por el que lo que vale en este caso la ciencia, no la personalidad cientĆfica.
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