CUENTO LA PIEDRA BLANCA Y LA PIEDRA NEGRA
En un pueblecito vivían un hombre y su hija. Este hombre debía cierto
dinero a un viejo prestamista algo desagradable y feo. Un día el viejo
le dijo al hombre delante de su hija: "Debes devolverme mi dinero. Pero
si no puedes devolvérmelo tendrás que darme a tu hija en matrimonio."
Desesperado el hombre no supo qué decir porque no podía devolver el
dinero pero tampoco estaba dispuesto a que su hija se casara con ese
viejo tan feo. "Muy bien, dijo el viejo, haremmos que el azar decida. Yo
pondré en un bolsa una piedra blanca y una piedra negra. Si tu hija
saca la piedra negra, se casará conmigo. Si saca la piedra blanca no se
casará conmigo y tú tampoco deberás ir a la cárcel." Todo esto ocurría
delante de la casita del viejo que estaba llena de piedras blancas y
negras. El viejo cogió rápidamente dos piedras negras y las metió en la
bolsa. La jovencita se dio cuenta de inmediato de la trampa. Así que
quedaban tres opciones: la jovencita cogía una de las piedras de la
bolsa y se casaba con el viejo; la jovencita se negaba a sacar una
piedra de la bolsa, y su padre iría a la cárcel, o bien ponía la
descubierto la trampa del viejo y ella se casaría con el viejo y el
padre iría a la cárcel. De manera que la chica con buen juicio, sacó una
de las piedras de la bolsa, pero en seguida la dejó caer al suelo. "Oh,
que torpe soy, dijo, compungida! Bueno, veamos qué piedra ha quedado
dentro de la bolsa. Si es blanca o negra. Y como la piedra era negra y
el viejo no podía confesar su trampa, la jovencita no se casó con el
viejo y el padre se liberaba de pagar la deuda y de ir a la cárcel.
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