viernes, 2 de marzo de 2012

JOSEFA ORTIZ DE DOMINGUEZ




Nacimiento y fe de bautismo

Una parte del acta de bautismo elaborada por el Bachiller Valenzuela constata que Josefa Ortiz de Domínguez fue bautizada en la parroquia del centro en Irapuato Guanajuato y presentada por sus padres como hija legitima, diciendo lo siguiente:
"En el año del señor de 1774 en 20 de febrero, Yo el Br Dn Pablo Valenzuela al frente de Curía de esta Congregación Baptizé solamente puse Sto. Óleo Chrisma a un infante de 7 días y se le puso por nombre María Josefa hija legitima de Juan de Santiago y María Josefa Manuela de la Cruz de el demandante, fueron sus padrinos José Trinidad y Juliana Aparisia de las Arandas a quienes advertí su obligación y lo firmé al margen María Josefa 572, Bachiller Valenzuela, Rubricado".
Es copia sacada de la original de que me refiero.- Irapuato abril veintidós de mil ochocientos noventa y ocho: Ramón Mendoza = Rubricado" Di copia fielmente sacada de su original.
El Presbítero Ramón Mendoza Cura y Vicario Foráneo de la Parroquia de Irapuato certificó que a fojas 4 5 sueltas del libro número 18 de bautismos habidos en esta parroquia se encuentra una partida del señor.
Hace 18 años Querétaro conoció el origen de la Corregidora
En el año 1992 cuando unos periodistas originarios de Querétaro visitaron al historiador Silviano Rivera para verificar que efectivamente Doña Josefa Ortiz había nacido en Irapuato y no en México o Morelia como se presume.

[editar] Biografía

Después de contraer matrimonio con el Corregidor Miguel Domínguez y vivir en Querétaro fue una pieza clave para el inicio de la lucha de Independencia de México que encabezó el cura Miguel Hidalgo y Costilla en Dolores.
Fue una de las participantes en la conspiración de Querétaro. Sus padres fueron Pedro Ortiz –capitán del regimiento de Los Verdes y Manuela. Nació en La Nueva Valladolid (hoy Morelia). Su padre fue asesinado en su deber, cuando Josefa era apenas una niña. Su madre murió poco tiempo después. De esta suerte, la que sería Corregidora de Querétaro quedó a cargo de su hermana mayor, María Sotero Ortiz, quien apoyó a Josefa para ingresar al prestigiado Colegio de las Vizcaínas de la ciudad de México. Se casó con Miguel Domínguez, visitante frecuente del colegio, en el año de 1791. En 1802 Miguel Domínguez fue promovido por el virrey de Nueva España al cargo de Corregidor de la ciudad de Santiago de Querétaro.
Doña Josefa se identificaba con el abuso sufrido por la comunidad de criollos por parte de los gachupines, tal como llamaban a los españoles nacidos en la península: ella misma era una criolla. Los criollos eran considerados como ciudadanos de segunda clase por el régimen colonial, en virtud de haber nacido en la Nueva España (una colonia) y no en la metrópoli. Por ello, eran relegados a puestos de segundo nivel en la administración pública del virreinato. Este hecho creó un gran descontento con el paso de los años, y los criollos comenzaron a organizarse en grupos literarios donde se difundían las ideas de la Ilustración, prohibidas por la Iglesia Católica. Doña Josefa se integró en una de estas sociedades, y convenció a su esposo tiempo después, de integrarse también a ella.
Después de la planificación, los rebeldes estaban listos para levantarse en armas el primero de octubre de 1810. Sin embargo, el 13 de septiembre fueron descubiertos por un infiltrado, que informó a las autoridades del virreinato de las actividades del grupo literario de Querétaro. El corregidor Miguel Domínguez fue obligado a conducir un cateo en las casas de la ciudad, con el propósito de capturar a los líderes insurgentes. Para protegerla, encerró a la corregidora en un cuarto bajo llave. No obstante lo anterior, Josefa Ortiz de Domínguez pudo advertir al cura de Dolores Miguel Hidalgo y Costilla, haciendo sonar uno de sus zapatos contra el suelo, el alcalde Ignacio Pérez escuchó el llamado y bajo mandato de ella advirtió al cura del pueblo de Dolores, en Guanajuato, que la conspiración había sido descubierta, razón por lo cual Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de Dolores, convocó al pueblo a levantarse en armas durante la misa patronal del pueblo, en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, con lo que dio inicio la guerra por la Independencia de México.
Según el historiador Alejandro Villaseñor, en su libro Biografía de los héroes y caudillos de la independencia, Julián Villagrán apresó al oidor Collado que regresaba a México después de haber dado causa a los conspiradores, entre los presos se encontraba Doña Josefa, que quedó libre en cumplimiento a lo pactado entre Julián Villagrán y el oidor del rey Collado[cita requerida]. Falleció en la Ciudad de México el 2 de marzo de 1829, víctima de una pleuresía. Por sus acciones y su influencia en el desarrollo de los hechos previos al inicio de la Guerra de Independencia y sobre todo por ser el personaje fundamental quien propició el inicio de esta gesta, se le ha llegado a considerar como Madre de la Patria.1
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